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jueves, 4 de noviembre de 2010

El legado de Néstor Kirchner

A medida que los días vayan pasando, el país comprenderá crecientemente las verdaderas dimensiones de la tragedia que representa para los argentinos la súbita desaparición de Néstor Kirchner. Con él hemos perdido al estadista de mayor envergadura que nuestro país haya producido en los últimos cincuenta años. A él estará siempre ligada la transformación profunda del Estado que la Argentina experimentara a partir de 2003.
Hay que situarse mentalmente en el umbral de aquel año para advertir todo lo que ha cambiado. El 2003 no está tan lejano en el tiempo y, sin embargo, lo que lo precediera parece pertenecer claramente a otra época. El país venía de una serie de experiencias traumáticas: la dictadura militar, con la que, en razón de una serie de leyes y amnistías, la ruptura había sido tan sólo parcial; el neoliberalismo menemista que, a través de sus privatizaciones y desregulaciones, había puesto a la Argentina al borde de la bancarrota; el fracaso estrepitoso del gobierno de la Alianza, que condujo a los estallidos de 2001. Había un cinismo y un desencanto generalizados respecto de la política, que encontraría su expresión en el notorio lema “que se vayan todos”.
Ya las movilizaciones sociales subsiguientes a la crisis –las fábricas recuperadas, la extensión del movimiento piquetero y otros fenómenos concomitantes– estaban preanunciando que el ciclo del neoliberalismo estaba llegando a su conclusión. Pero lo que muy pocos esperaban era que esas movilizaciones fueran a encontrar eco y simpatía al nivel del Estado nacional. Fue contra todas las expectativas que ocurrió el 2003. Al principio, el nuevo tipo de discurso fue recibido con un considerable grado de escepticismo. Se trataba, en la apreciación de muchos, de mera retórica, tras la cual habrían de ocultarse las habituales componendas de trastienda. Pero pronto hubo que rendirse a la evidencia: el nuevo gobierno estaba comprometido con un programa total de reestructuración de la sociedad argentina a sus distintos niveles. Programa que no podía dejar de suscitar la adhesión popular, a la vez que herir intereses creados que se habían consolidado a lo largo de decenios. En poco tiempo pudimos verificar el apoyo brindado por el Gobierno a las organizaciones populares; la decisión de operar, a través de los juicios a los represores, el desmantelamiento de la ESMA y otras medidas similares, la ruptura más radical con el pasado dictatorial que haya tenido lugar en el continente latinoamericano; la reorientación nacional de la economía, en el proceso que va desde la ruptura de facto con el FMI hasta el reforzamiento del Mercosur y el rechazo del plan del ALCA de Bush en la reunión de Mar del Plata de 2005; la democratización de la Corte Suprema y de la cúpula militar, etc. Como es sabido, toda esta corriente profunda de cambio fue continuada y radicalizada a través de una serie de medidas legislativas durante el gobierno de la presidenta Cristina Fernández, que ha representado uno de los esfuerzos más ambiciosos y sistemáticos en nuestro continente por reestructurar al Estado y redefinir sus relaciones con la sociedad civil. Todo esto se ha hecho en el marco de una integración cada vez mayor de la Argentina al espectro de los nuevos gobiernos progresistas de América latina. El país está menos solo que nunca en el pasado.
No voy a entrar a discutir la minucia de este programa legislativo. En los últimos días otros –Mario Wainfeld y Horacio Verbitsky entre ellos– lo han hecho en artículos excelentes. Pero sí quisiera referirme a un aspecto clave, que revela la naturaleza del legado de Néstor Kirchner, a la vez que su estilo particular de liderazgo. Me refiero a las resistencias que toda tentativa de cambio profundo suscita y al coro de infundios con el que las fuerzas reaccionarias pretenden combatirla. Hace unos días, los plumíferos de La Nación caracterizaban al kirchnerismo como “populismo autoritario”. La fórmula misma ya es, desde luego, problemática y ambigua, pero cuando se la usa para caracterizar la situación argentina es doblemente absurda. Un populismo autoritario sólo podría ser uno en el que las masas fueran enteramente pasivas y sometidas a un liderazgo que tomara las decisiones sin compartir el proceso deliberativo con nadie. Esto puede llegar a ocurrir en ciertas sociedades –pensemos, por ejemplo, en el Zimbabwe de Mugabe–, pero cuando esto ocurre, la deriva autoritaria es cada vez menos populista, ya que las masas son sustituidas por pequeños grupos de matones reclutados y organizados desde el poder. En tales condiciones lo que prima es el autoritarismo, en tanto que el populismo se limita a una cáscara vacía, a una interpelación meramente retórica, sin participación activa alguna de las masas.
Ahora bien, cualquiera que conozca mínimamente lo que está pasando en la Argentina, sabe muy bien que en ella se da la situación exactamente opuesta. Todas las medidas legislativas han sido tomadas sobre la base de la movilización autónoma de uno u otro sector de la sociedad. ¿Cómo explicar entonces esta insistencia en los peligros autoritarios del kirchnerismo? La respuesta es obvia. Se trata de crear una cortina de humo, por la que la supuesta “defensa de las instituciones” frente al “avance autoritario” no es sino un burdo intento por defender un statu quo en el que las corporaciones medran, frente al intento de democratizar a estas instituciones desde dentro. ¿Recuerdan ustedes la reunión reciente del Sr. Magnetto con líderes de la oposición para planificar algo no claramente especificado pero que, en todo caso, implicaba a claras luces organizar la confrontación con el Gobierno? ¿Y recuerdan ustedes esa otra reunión, mucho más siniestra, en la que se obligó a Lidia Papaleo a resignar el control de Papel Prensa bajo amenazas de muerte? La misma historia acerca de la sórdida acción del poder corporativo frente a la voluntad popular se repite en todas las instituciones. El gran dilema a ser dirimido en los próximos años, comenzando por las elecciones de 2011, es quién va a prevalecer: la Argentina corporativa del pasado o la Argentina popular que comenzó a emerger con las movilizaciones de 2001, que se consolidó en 2003 y que desde entonces ha ido ganando batalla tras batalla.
Es en el umbral de esta confrontación que el nombre de Néstor Kirchner permanecerá siempre como un signo liminar y señero. Ya no será una bandera para las luchas, pero se ha transformado en algo más importante: en un símbolo para las conciencias. Quiero recordar tres aspectos de su obra y de su mensaje. El primero es que fue uno de los demócratas más radicales que la Argentina haya producido en años recientes. Nunca intentó imponer una voluntad burocrática, sino que siempre buscó en las movilizaciones espontáneas de los grupos de base los aliados naturales a través de los cuales pensar, repensar y matizar su proyecto. El segundo es que nunca hizo una interpelación fácil a masas inestructuradas, sino que comprendió que, en las complejas sociedades contemporáneas, cualquier proyecto de cambio tiene que pasar por la transformación interna de las instituciones. No sé si Néstor habrá leído a Gramsci, pero en todo caso su acción política muestra algo que es profundamente gramsciano: la comprensión de que, en las sociedades contemporáneas, no hay populismo fácil; que, sin la mediación institucional, no hay proyecto político coherente. En tal sentido él mostró, a través de su acción política, algo que siempre pensé: que entre institucionalismo y populismo siempre hay una compleja negociación, los resultados de la cual presentarán matices distintos en diferentes sociedades.
Hay, finalmente, una tercera dimensión que es decisiva para entender el legado de Kirchner: su firmeza de acero, su compromiso total con las causas que abrazaba. Era un hombre de lucha, no de transacciones. Esto es lo que indignaba a sus detractores y lo que denominaban su tendencia “a doblar la apuesta”. Creo que se trataba de algo más importante que eso. El tenía perfecta conciencia de la naturaleza de las fuerzas con las que se enfrentaba, y sabía que sólo una voluntad inquebrantable sería capaz de confrontarlas.
¿Qué nos queda por hacer ahora, hacia adelante, después de Néstor? La respuesta es clara: proseguir su obra y completar su tarea. El nos ha legado objetivos que son más vastos que su vida y que la nuestra y que incluyen a todo nuestro continente. América latina ocupará su puesto en esta marcha general de los pueblos que habrá de conducir, desde la barbarie neoliberal, al establecimiento de formas justas, libres y racionales entre los hombres. Ya hemos oído estos últimos días las voces melifluas y viscosas de aquellos que, restregándose las manos de satisfacción, dicen que ahora Cristina está sola y tendrá que contemporizar con la oposición. Los que eso piensan van a encontrarse con una sorpresa. En primer término, parecen no conocer el temple de nuestra Presidenta, cuya determinación militante se ha mostrado en todas las pruebas –muchas duras– que debió pasar durante su gobierno. En todas las circunstancias mostró una claridad de propósitos y una determinación en su ejecución que la coloca en situación de total paridad con su predecesor.
En segundo lugar, Cristina no está sola. Ha perdido, es verdad, al compañero de su vida y la acompañamos todos en su dolor. Pero la acompaña también todo un pueblo, el cual se ha manifestado en los últimos días en una de las expresiones de pesar colectivo más inmensas –quizá la más inmensa– de la historia argentina. Debemos hacerle a Néstor, en las palabras de Antonio Machado, “un duelo de labores y esperanzas”. Cada fábrica, cada escuela, cada hogar, deben erigirse como la expresión de la voluntad colectiva de que la llama que se encendió en 2003 no se extinga jamás. Que todos los argentinos nos identifiquemos con aquellas palabras que José Gervasio de Artigas pronunciara en su lecho de muerte: “Amanece, ensíllenme el caballo”.

martes, 2 de noviembre de 2010

“No es el momento más difícil, es el más doloroso”

Fue un mensaje de cinco minutos que la Presidenta grabó por la tarde en su despacho. Con la voz marcada por la emoción, agradeció a la gente que fue a la Casa Rosada y adelantó que seguirá adelante “para hacer honor a la memoria” del ex presidente.

Fueron dos claras señales políticas las que dio ayer la presidenta Cristina Kirchner: la explícita, contenida en el breve mensaje que emitió, a través de la cadena nacional, al final de la jornada. Y la otra, la demostración de fortaleza que manifestó al encarar, en su primer día de trabajo tras la muerte de su marido, Néstor Kirchner, una agenda cargada de compromisos, que se estiró durante casi diez horas, incluyendo reuniones con su gabinete, actos protocolares y citas comerciales.
Los poco menos de cinco minutos que dura el mensaje que Cristina Kirchner grabó ayer por la tarde en su despacho y se difundió –a las 20.30– por cadena nacional fueron, al mismo tiempo, el emotivo mensaje de una mujer marcada por la tristeza de haber perdido al compañero de una vida y una declaración de contenido político, en el que destacó el rol central de la juventud en esta nueva etapa de la gestión y dio una respuesta a las especulaciones que cundieron en muchos medios en las horas y días posteriores a la muerte de Néstor Kirchner.
“Son las 17.40 horas del día lunes. En unos instantes más voy a recibir las cartas credenciales de nuevos embajadores en la República Argentina. Un día más de gestión de gobierno pero evidentemente un día diferente en mi vida.” Así comenzó el esperado mensaje, que se emitió finalmente casi tres horas más tarde de cuando se grabó. La decisión de grabarlo pareció acertada, ya que en varios pasajes la voz de Cristina amagó a quebrarse. Aunque la idea de dirigirse al pueblo se evaluó todo el fin de semana, cuando se planeaba la manera de continuar con la actividad, la Presidenta sólo se decidió a hacerlo a último momento, incluso después de la reunión que mantuvo cerca del mediodía en la Quinta de Olivos con el subsecretario de Medios, Alfredo Scoccimarro, en la que repasaron las ideas-fuerza sobre las que improvisaría, como acostumbra, la mandataria.
Aunque fue breve y más que nada emotivo, el mensaje tuvo también su contenido político. Desde el comienzo nomás ya se encargó de desbaratar la teoría de una supuesta debilidad o vacío de poder que buscaron imponer desde algunos grupos mediáticos o sectores de la oposición ni bien se enteraron de la muerte del ex presidente. “He leído y escuchado que este es mi momento más difícil –los frenó Cristina, sin mencionarlos–. En realidad es otra cosa. Es mi momento más doloroso. El dolor es algo muy diferente a las dificultades o las adversidades.”
La Presidenta aprovechó para pasar factura a esos sectores: “Yo he tenido en mi vida política y en mi gobierno en particular muchísimas dificultades y muchísimas adversidades”, les relató, “pero el dolor es otra cosa”. Luego confesó que se trata del “dolor más grande” que tuvo en su vida. “Es la pérdida de quien fue mi compañero durante 35 años, compañero de vida, de lucha, de ideales. Una parte mía se fue con él, está en Río Gallegos”, explicó.
“Pero no es momento de utilizar la cadena nacional para terapia emocional sino para agradecer –buscó atajarse de posibles críticas–. Agradecer a todos y a todas, a todos los hombres y mujeres que se movilizaron, que quisieron verlo, que quisieron despedirlo. Que rezaron por él, que lloraron por él, que no pudieron llegar tal vez acá porque vivían lejos, pero se reunieron en otros lugares.” También le agradeció a quienes le “entregaron rosarios” durante el velatorio. “Los rosarios de él los tengo todos en mi casa en Río Gallegos”, explicó.
Cristina siguió enumerando: “Agradecer las flores, las cartas, las camisetas de Racing, del Racing que él adoraba, hasta también las otras camisetas que le regalaron, que eran de otros partidos (quiso decir equipos), pero igual, a él el futbol le gustaba mucho, y las banderas, también que entregaron”. Con lágrimas en los ojos, y consultando un ayudamemorias, volvió a “agradecer mucho esa inmensa y formidable muestra de cariño y de amor que él se la merecía”. Y continuó: “No voy a tener falsa humildad porque, como decía una dirigente muy importante que ya falleció, ‘Hay que ser muy grande para ser humilde’. Y yo no soy grande, así que no voy a ser humilde, simplemente voy a decir que él se lo merecía.”
Pero todavía se guardaba otra definición, al hablar sobre los jóvenes, que fueron la marca distintiva de la multitud que copó la Plaza de Mayo durante el velatorio del ex presidente. “Permítanme agradecerles en forma especial a las decenas de miles de jóvenes que cantaron y marcharon con dolor y con alegría, cantando por él, por la patria. Quiero decirles a todos esos jóvenes que en cada una de esas caras yo vi la cara de él cuando lo conocí. Ahí estaba el rostro de él, exacto. Y decirles a esos jóvenes que tienen mucha más suerte que cuando él era joven, porque están en un país mucho pero mucho mejor, en un país que no los abandonó, en un país que no los condenó ni los persiguió: al contrario, en un país que los convocó, en un país que los ama, que los necesita, en un país que vamos a seguir haciendo distintos entre todos”, definió la Presidenta en otro pasaje emotivo.
Tras hacer una breve referencia al censo que se llevó a cabo el mismo día de su muerte (“Parece que somos más de cuarenta millones, porque además tuvimos la suerte de que él nos debe haber ayudado, el censo salió muy bien”), Cristina volvió sobre la idea que redondearía su mensaje: no habrá un cambio de rumbo, sino un redoblar esfuerzos.
“Quiero decirles a todos los argentinos que siempre he tenido un gran sentido de la responsabilidad, cuando fui legisladora provincial, cuando fui legisladora nacional y más aún como Presidenta, porque siento que de mí depende la suerte de todos los argentinos. Pero déjenme decirles que desde este miércoles además de esa inmensa responsabilidad que siempre sentí y ejercí con mucho amor, con mucho corazón, con mucha convicción, con mucha pasión, siento otra responsabilidad, que es la de hacer honor a su memoria y hacer honor a su gobierno, que transformó y cambió el país”, prometió. Al borde de las lágrimas, concluyó: “Muchas gracias a todos, por todo”.

domingo, 31 de octubre de 2010

El ruralista que hizo llorar a Cristina

El presidente de la Sociedad Rural de Morteros dijo que desde que asumieron los Kirchner "nunca más" se remató una hectárea de campo. Y lamentó el rol de algunos medios de comunicación nacionales.
Su gesto fue uno de los momentos fuertes de la transmisión en vivo de todos los canales. Su gesto y sus palabras, esas que hicieron que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se acerque a abrazarlo y a compartir lágrimas, en uno de los instantes más intensos durante el velatorio de Néstor Kirchner en la Casa Rosada. Ider Peretti aseguró que su actitud "fue espontánea" al tiempo que expuso claramente los motivos que lo llevaron a ese abrazo conmovedor y sincero.
Peretti es el presidente de la Sociedad Rural de Morteros, y desde Córdoba viajó a Buenos Aires para expresar su agradecimiento al matrimonio Kirchner.
"A los grandes hombres como Néstor Kirchner debemos reconocerle las cosas importantes que han hecho por el pais y después ver lo que falta resolver. Yo quise destacar, lo digo desde el sentimiento y el corazón, cuando estuve frente a Cristina y frente al ataúd, algo tan importante como que en la Argentina nunca más se remató una sola hectárea de campo en una subasta judicial, cuando antes de Kirchner teníamos dos o tres páginas en los diarios por remate de campos y viviendas. Son cosas que no hay que dejar pasar", expresó Peretti.
El ruralista, que habló por Radio Noticias, recordó que en el momento "más duro" del conflicto con el campo, el gobierno los recibió en la residencia de Olivos. "Fuimos escuchados muchas veces y despacito fuimos destrabando el tema lechero; y logramos cosas para sobrevivir en ese momento mundial muy difícil para la lechería, atravesados por una sequía terrible", sostuvo.
- ¿Y porqué cree que tanta gente tiene una visión tan diferente?
- Porque hay mucha gente que se dedicó a confundir al pueblo argentino, sobre todo a la gente que no conoce el campo, se demonizó al matrimonio Kirchner, en algunos canales están las 24 horas diciendo que todo está mal, que nada sirve. Así no es como se construye una nación, me parece. Todos los gobiernos tienen y tendrán errores, eso no va a cambiar, pero empecemos por reconocer lo bueno y después sí apuntemos a lo que está mal.
- ¿Y qué le dijo la presidenta cuando lo abrazó?
- En su emoción ella me dijo que esperaba la visita de la dirigencia del campo, que sabe lo que le brindó al sector y por eso valoraba la presencia. Creo que si de todos los sectores empezamos un poquito a reconocer las cosas que va haciendo bien para luego poder reclamar por lo que no está bien, veremos cuanto más fácil es salir adelante, cuando mas fácil para la democracia y para los presidentes venideros.

Valoración.
Peretti, en tanto, valoró la gestión presidencial de Néstor Kirchner primero y la de su esposa después a partir de la política de inclusión social, lo que derivó un obvio efecto derrame hacia su sector productivo.
"A pesar de todo lo que le falta caminar al país, tuvimos un gobierno que juntó a millones de niños y le dio la chance de alimentarse todos los días, porque hoy hasta el más humilde tiene la posibilidad de darle una copa de leche a su hijo todos los días. Todo eso se refleja en la colocación de nuestros productos, que hoy tienen precios importantes, gozamos de una actividad tremenda y gracias a eso podemos abastecer la mesa de los argentinos", resaltó.
El dirigente destacó que pese a la presión que ejerce la agricultura gracias a sus excelentes rindes, el sector lechero no se retrajo y, por el contrario, pasó en su zona de 393 a 407 tambos.
"Son números de la realidad, invitaría a esos periodistas que todo el día ven las cosas mal a que visiten el campo. Como argentino creo que hay que ponerle el hombro a cada presidente que llega, por suerte tenemos una líder como Cristina, a la que vi muy fuerte, con ganas de trabajar por el país, con vocación de hacer patria", concluyó.

Cristina y su fortaleza.
Forster también dio su testimonio respecto a cómo vio en estos días tan particulares a la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, tras la muerte de su compañero de toda la vida. "El hecho de que Cristina haya decidido velarlo en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos la pinta de cuerpo entero, es el salón para homenajear a los grandes héroes latinos. Allí están Emiliano Zapata, Evita, el Che Guevara, Irigoyen, Túpac Amaru, Juana Azurduy, Salvador Allende, y que ella en el momento de dolor extremo haya dicho que hay que despedirlo ahí habla mucho de su personalidad".
Forster, además, destacó que Cristina siempre estuvo atenta a los movimientos, a las órdenes, tanto en la Casa Rosada como en Río Gallegos. "Siempre dio las órdenes de lo que había que hacer, y mostró una entereza que no hace dudar de su liderazgo en absoluto".

"Les pido que reflexionen".
Peretti se mostró muy respetuoso del resto de las entidades del campo, pero les pidió una actitud diferente en su relación con el gobierno. "Yo respeto a las entidades del campo, que tienen una gran historia de logros, pero es momento que reflexionen y tomen una actitud diferente, analizando las cosas bien que tenemos en el país. No tengamos vergüenza, nos enseñaron a tener vergüenza de reconocer lo que está bien. Debemos empezar a amar a nuestro país, destacar las cosas buenas para ir solucionando las malas", destacó.

Melodía para un incorrecto

Ministros, funcionarios, amigos, asistentes, mozos, secretarios (y debe ser leído también, o especialmente, reemplazando cada o del final con una a) casi estaban formados. Fue ayer al mediodía, en la planta baja de la Casa Rosada. Antes de la salida que da a Rivadavia queda el Salón de los Bustos. Ahí ya están los bustos de los presidentes que murieron, y un día estará el busto de Néstor Kirchner.
En ese lugar era la formación espontánea. Señalar los dos costados del camino desde el Patio de las Palmeras a la salida era tarea profesional de los Granaderos. Pararse allí como granaderos fue la espontaneidad de todos.
“Ahí viene”, decía una.
“Están esperando que llueva menos para sacarlo”, comentaba otro.
Alguien relataba un último encuentro, para planificar un acto en Mar del Plata con dirigentes agropecuarios. Debía haber sido ayer pero no fue.
O se divertían contando que una vez Kirchner no había podido ir a un locro con dos mil personas, pero hizo lo suficiente para enterarse y cargar a la organizadora porque le había salido bueno pero muy picante. Y era cierto. “Era el más incorrecto de todos nosotros”, dijo un secretario de Estado mientras se abrazaba con un amigo. Los dos sonrieron porque sabían de qué estaban hablando: la incorrección no eran los mocasines, sino plantear cosas que en un principio parecían imposibles, como pelearse con el Fondo y lograr una quita record de la deuda. No porque siempre a Kirchner las incorrecciones le salieran bien, sino porque se las planteaba y, al mismo tiempo, buscaba acumular poder para que fuesen posibles.
La espera en ese lugar, por donde muchos entraban a la Casa Rosada antes de subir al primer piso a ver a Kirchner cuando él era presidente, duró una hora.
“Ahí sí que viene”, dijo uno.
Es difícil saber cuál es el último momento con un muerto querido. Cada uno tiene el suyo. Puede ser una charla. O un gesto. O un abrazo. También un instante. Imágenes diversas de una vida entera. Un chiste. El humor. Haber compartido juntos un dolor o una gran alegría. Una emoción fuerte. Es que el último momento de cada uno no es necesariamente el último momento.
Pero a veces el dolor popular es el que imprime el tono, como pasa con los ídolos y los líderes del pueblo. Y además, como pasó con Kirchner, el muerto sorprendió muriéndose. Y entonces el último momento también es el último contacto posible, desesperado, absurdo casi, con algo suyo. Como para que no termine de irse y uno pueda tener la ilusión de que ese señor, de alguna manera, esta ahí, y que uno está ahí con él.
“Ahí sí que viene”, confirmó una, y era cierto. Vino.
Delante unos granaderos. Detrás, a mano, el ataúd envuelto en la bandera.
Nadie se acercó a tocarlo, como sucedía en el velatorio de la Galería de los Patriotas.
Mejor aplaudir.
Aplaudimos fuerte, rompiéndonos las manos, muy fuerte. Con esos aplausos podíamos llorar tranquilos, porque los aplausos eran la vida.
Cuando el cajón salió a la intemperie, llovía duro y no había paraguas pero qué importaba. Unos bajaron las escalinatas rumbo al cortejo que llegaría a Aeroparque y después a Río Gallegos. Muchos nos quedamos arriba, debajo de la lluvia y detrás de la banda de Granaderos. Fue raro. Tocaron la Marcha Fúnebre. Debo confesar algo: para mí la Marcha Fúnebre siempre fue una melodía que se tararea en un chiste. Hasta ayer. Ayer me sonó seria. Después tocaron la Marcha de San Lorenzo y todos cantamos, como en la escuela. Ayer no fue la primera vez que cantamos llevados por otros. A eso de las once, después de los mozos a los que Kirchner siempre les pedía una lágrima que normalmente ni empezaba, hasta que se acumulaban diez en su mesa, entró al velatorio un señor que cantó el Himno. Ahí adelante, solo, frente al cajón, delante de Cristina. Al principio parecía que diría solo la primera estrofa, pero siguió cantando. Entonces todos cantamos. También Alicia Kirchner, la ministra que perdió a su jefe político y hermano y que había estado a la noche respondiendo uno por uno los saludos y recogiendo las ofrendas una por una.
Afuera, cuando los Granaderos dejaron de tocar y el ataúd con el cuerpo de Néstor se iba, nadie tuvo vergüenza de llorar hasta sacudirse ni pudor de sostenerse en el de al lado. Y después los abrazos parecían distintos de los anteriores. Tenían –teníamos– el orgullo común de haber compartido la amistad, la militancia o el trabajo con ese tipo afectuoso que decía “querida” o “hermano” antes de hablar, que gozaba con la política, que disfrutaba cuando lo despeinaban, lo desordenaban y lo apretaban los trabajadores y se ponía contento cuando sentía que había despertado la militancia, así fuera en su contra, entre pibes y pibas que nunca lo habían hecho.
El jueves, cuando salió del velatorio, Lula dijo llorando que Kirchner fue un estadista. Habitualmente ésa es una palabra hueca. Pero Lula, que siempre es didáctico, dijo qué significaba: alguien que quedará en el recuerdo porque sacó a la Argentina del abismo y combinó comprensión histórica con sensibilidad popular.
Lo que pasó en la Casa Rosada es lo mismo que pasó ayer en muchos lugares de la Argentina. La muerte de un líder popular nunca es solamente una melodía dramática. Es una canción que se transforma. Les pido que se tomen un trabajo: que busquen en un CD, en la web o en el YouTube el tema “New Orleans Function”. Lo grabó Louis Armstrong. Empieza con la Marcha Fúnebre, va cambiando imperceptiblemente hasta hacerse suave y, al final, termina ahí arriba, alegre, tan alegre.

viernes, 29 de octubre de 2010

29 de Octubre. El adiós a Néstor Kirchner. Capilla ardiente. 12 hs

Lo único que nos faltaba: consejeros

Pareciera que la muerte de Néstor Kirchner hubiera otorgado un permiso especial a algunos dirigentes políticos para darle consejos a la Presidenta de la Nación.
En esas pretendidas recomendaciones, con evidente tono paternalista, se permiten decirle a la flamante viuda qué es lo que tiene que hacer de ahora en adelante tras el fallecimiento de su compañero en la vida y la política.
Además del mal gusto, transitan con liviandad el andarivel de la desubicación. Sobre todo porque muchos de ellos fueron funcionarios y prestaron servicios en gobiernos que condujeron a la hecatombe social, política y económica de 2001-2002.
Otros provienen de un periodismo que milita en la oposición con más entusiasmo que los propios partidos opositores. Ya se sabe, desde la aprobación de la nueva Ley de Medios Audiovisuales, las empresas que concentran a los medios de comunicación más poderosos abandonaron su aire de presunta "neutralidad informativa" y se metieron de lleno en la política partidaria. En sus páginas, en sus pantallas, en sus radios abundan los "columnistas" que provienen de la más rancia ortodoxia económica y que se desviven porque el país retome relaciones carnales con el Fondo Monetario y el dogma neoliberal.
A los políticos, hoy devenidos en "consejeros", habría que recordarles que sus pasos por los gobiernos anteriores son la peor carta de presentación. A los que gustan menear palabras como "concertación", "corrección del rumbo", "abandonar sendas equivocadas" habría que preguntarles adónde condujeron al país con sus recetas fondomonetaristas.
Porque a la hora de mostrar logros en favor de las mayorías, el período de gobierno iniciado en 2003 por el fallecido ex presidente y continuado por su esposa puede exhibir pergaminos más meritorios que los de estos sabiondos que con tanto apuro se lanzaron a dar consejos. Prefirieron eso en lugar de acompañar con un respetuoso silencio el dolor de la Presidenta, sus hijos, y todos los argentinos que se sienten representados políticamente por la figura del ex presidente.
Pero cierta derecha política, y los medios de comunicación que tan bien la representan, no suelen reparar en esos "detalles". Su especialidad ha sido siempre arremeter sin tregua contra todo gobierno que afecte sus intereses corporativos. Esos que, precisamente, puso en cuestión Kirchner cuando asumió con la idea de restablecer la centralidad de la política por encima de los intereses económicos.
Muchos de los actuales "consejeros" tuvieron hacia las corporaciones -económicas, militares, eclesiásticas, etc.- una actitud de vasallaje que les resta todo mérito a la hora de ensayar lecciones para gobernar. Por eso, cuando hablan de "concertar" es inevitable que muchos argentinos piensen que, en realidad, hablan de "transar".
Es que se nota demasiado que son los poderosos intereses corporativos los que hablan por sus bocas como en el juego del muñeco y el ventrílocuo.
Luego de haber tenido tan triste papel de marionetas, lo que se esperaba de ellos, como se dijo, era un respetuoso silencio. Con eso hubieran cumplido más decorosamente su papel en esta hora de dolor para una gran parte del país.

jueves, 28 de octubre de 2010

Hasta siempre compañero Nestor 1950-2010

A menos de 24hs el ex presidente de la nacion Nestor Kirchner entro en la eternidad. Una Argentina acongojada despìde a un estadista y militante que saco al pais de la peor crisis de su historia reciente.
Fue una noticia inesperada, como cuando suceden estas cosas, desprevenido, y mas cuando se trata de un personaje tan importante, un ex presidente que supo llevar el pais adelante y siempre le puso el pecho, un apasionado de la politica, es difícil encontrar un parangón histórico con la desaparición de un líder de su porte, en tales circunstancias. Raúl Alfonsín falleció hace poco; el impacto y la emoción fueron grandes, tanto como el reconocimiento. Pero al líder radical todo le llegó cuando estaba en el ocaso de su carrera, cuando ya no era un protagonista de primer nivel. Tal vez el parangón más cercano sea la desaparición de Juan Domingo Perón durante su tercer mandato.  Sin Perón, era evidente que la Argentina se encaminaba, irremisiblemente, a una situación peor y su fuerza a una crisis fenomenal. Kirchner deja el centro de la escena en un país gobernado y gobernable. Con una economía y una situación social sustentables, con previsibilidad política. En el ’74 la política era colonizada por la violencia; en 2010 se cumplen varios años de paz social muy grande (para los parámetros argentinos) y con un rumbo mejorable (como todo) pero racional. Kirchner llegó a la Casa Rosada en un país devastado, se fue en otro, aún cargado de deudas sociales y contradicciones pero indeciblemente mejor. Jose Pablo Feimann dijo: "esto no se compara con la muerte de Peron, el dejo a una mujer debil. Nestor, a Cristina",
Por eso mas alla de la ideologia politica, en la vida hay que tener respeto, porque se fue un luchador, un compañero, por eso me da risa cuando hablan de lo que vedra, del futuro de los agentinos, de que si Cristina llevara adelante su gestion y mantandra la misma linea politica, creo que la Presidenta tiene los cojones bien puestos para seguir gobernadndo.
Su lugar vacante potencia la ambición de sus adversarios, la barbarie gorila que ya empezó aflorar, el odio de una derecha recalcitrante que esta nota prefiere apenas mentar. En ese aspecto el adiós de Kirchner parece, por ahora, más semejante al de Evita, por el odio de “los otros”, que al de Perón.
Sobreponerse al dolor personal y a la pérdida política, mantener la gobernabilidad, contener a la fuerza propia y sumar parecen retos gigantescos. En más de tres años la Presidenta ha combinado, más vale, aciertos y falencias, aunque siempre demostró aptitud para remontar las cuestas más adversas.
Por esto pido ante todo respeto, amor, silencio y militancia...que en paz descanse!!!

HOMENAJE A NESTOR KIRCHNER 1950-2010

miércoles, 13 de octubre de 2010

El regreso al mundo de los mineros atrapados en Chile

EL MUNDO › DIEZ MINUTOS DESPUES DE LA MEDIANOCHE FUE RESCATADO EL PRIMERO DE LOS 33 OBREROS QUE PASARON 69 DIAS A 700 METROS BAJO TIERRA

Tras un día cargado de una tensión suprema, Florencio Avalos fue sacado sano y salvo, con una cápsula que atravesó con éxito el túnel. Arriba lo esperaban su familia, los rescatistas y el presidente de Chile. Una hora después, ya salía el segundo.
Al capataz Florencio Avalos lo izan en medio de aplausos y llantos, como si fuera la bandera de una patria nueva. Enseguida se abraza con su familia y el presidente Sebastián Piñera. Es la 0.10 y acaba de recorrer el túnel de 622 metros, alejándose de la mina donde estuvo atrapado 69 días, 17 de ellos sin saber si habría rescate para él y sus 32 compañeros. Detrás vienen, según el listado, el “médico” del grupo, Mario Sepúlveda, Juan Illanes, el boliviano Juan Carlos Mamani y Jimmy Sánchez. Muy cerca esperan familiares, amigos y pronto se sumarán los abogados: son inminentes y millonarios los juicios contra la minera San Esteban y el Estado, por no haber controlado la seguridad tierra abajo. Tampoco faltarán las fiestas. “Yo tengo más de 500 invitados y eché gente que se quiere colar”, se ríe Norma Laguer, madre de Jimmy Sánchez.
Antes del rescate la cápsula hizo tres viajes: dos veces fue vacía, aunque nunca llegó hasta el fondo. La primera para probar la calidad del túnel, la segunda para testear la velocidad. La última es la que llevó a uno de los cuatro rescatistas, Manuel González. Al meterse en la cápsula, a las 23.19, el presidente Sebastián Piñera lo despidió con un abrazo y una gran sonrisa: “Tráiganme a los mineros”, indicó. Alrededor, el grito infaltable: “Chi-chi-chi, le-le-le”. Una vez metido en el túnel, todos, con Piñera a la cabeza, cantaron el himno nacional.
Más temprano, a la tarde, el comandante médico Andrés Llarena, encargado del equipo de rescate, decía envalentonado a este diario que sus hombres “son tremendamente cruciales” porque actúan como referentes médicos de los mineros. “Son nuestros ojos y oídos allá abajo, examinan y determinan quiénes pueden o no realizar el viaje en la cápsula”, agregaba Llarena. Le preocupaba, admite, la situación de algunos mineros que son diabéticos, hipertensos o tienen problemas pulmonares.
Además de sus médicos, para el rescate bajan dos expertos en minas de Codelco, la empresa estatal de minería de Chile, quienes deben asegurar que no haya derrumbes. A pocos metros, también sobre la calle principal, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, detallaba lo poco que se sabía en ese momento sobre la elección del primer minero en subir al cielo (y esto no es una metáfora bíblica). “Los mineros van a decidir cuál es el primero en salir”, decía el ministro antes de escabullirse en el campamento central de familiares, cercado por vallas y carabineros.
Sobre una de las nuevas explanadas, adonde se permitió entrar a la prensa para ver desde muy lejos el operativo, el tema del primer izamiento da para la broma. El subteniente Alfredo Silva arriesga: “Van a mandar al más joven, al más inexperto, porque los mineros son muy jerárquicos, los más viejos no se van arriesgar”.
–¿Y por qué no Juan Carlos Mamani? –preguntó Página/12.
–¡El boliviano! No creo, pero sería un buen gesto porque no les dimos un paso al Pacífico...
A su lado, el oficial Zapata se ríe de la siguiente ocurrencia de Silva. “¿Sabé qué nos faltó? Un argentino atrapado abajo. ¡Si ustedes son re simpáticos! ¡Como el (Marcelo) Bielsa! Le hubieran traído mucho humor al grupo”, dice el subteniente. Detrás, hay 10 tarimas para las cámaras de televisión y una pequeña tribuna para escuchar al presidente Sebastián Piñera. El piso está regado de cables de televisión y colillas de cigarrillos. De fondo se oye el sonido constante de los generadores de electricidad que alimentan los equipos de televisión.
“Nosotros les dimos una lista de ocho personas, ellos seleccionaron cuatro para ser los primeros en subir. No puedo dar los nombres por razones de privacidad”, se excusa el ministro. Luego fueron difundidos: Florencio Avalos sería el primero.
Cinco minutos antes de la medianoche, la cápsula arrancó su viaje hacia la superficie con él en su interior. Llegó 15 minutos después: arriba lo esperaba su familia, Piñera, los rescatistas y el grito de “Viva Chile”. Su hijo menor lloró desconsoladamente cuando la cápsula apareció del suelo, como de la nada. Se había producido el milagro: Florencio –rostro rígido y andar duro– se abrazó con su familia, algunos de los rescatistas y el presidente.
Varios minutos después, bajarían los restantes asistentes. El ministro de Salud había explicado que si se sienten cansados tendrán reemplazo. “No queremos rescatarlos a ellos también”, bromea. La cápsula Fénix pesa 420 kilos, tiene 53 centímetros de diámetro y dos metros de alto, y tarda entre 10 y 15 minutos en elevar a los mineros. Sube un metro por segundo, comenta Mañalich. Adentro los mineros van apretados. Horas antes de la salida, la principal preocupación de los rescatistas, que monitorean hasta los latidos de los titanes dentro la cápsula, es que se desmayen o vomiten.
Desde el mirador, puede verse el histórico operativo de rescate. A lo alto, todavía queda la base de cemento armado para la máquina Raiser Borer, parte del Plan A. Treinta metros más abajo, todavía funciona el Plan C, una torre blanca, casi tan alta como el Obelisco porteño, sigue escupiendo agua y roca a un pozo, que se transformó en lagunilla. A un costado está el bendito Plan B, el más rápido, es una plataforma rodeada de dos grúas. Una roja, enorme, es la que se usó para el encamisado del ducto final y la otra, amarilla, más pequeña, que tracciona la cápsula. Enfrente y a los costados están las unidades médicas donde se atenderá a los mineros.
Veinte metros más abajo, entre camiones cisterna y camionetas, hay un pequeño campamento de TVN, la televisión estatal que transmite en vivo y de cerca todo el rescate, abajo y arriba, luego de ganarle la oportunidad, por supuesta superioridad técnica, al Canal 13 de Chile. Más allá se ven el casino y la casa de gerencia de la empresa minera San Esteban, enjuiciada por los familiares de los titanes. Enfrente hay 33 containers, uno para cada minero. Adentro tienen una cocinita, un sofá, bebidas y otras comodidades para que los rescatados puedan encontrarse y pasar un rato con sus seres queridos, antes de partir en helicóptero al hospital regional de Copiapó. Afuera hay duchas y baños compartidos.
A las esposas y novias de los mineros, a las pocas que caminan por el área común a la prensa, los documentalistas y los estudiantes, se las ve bien arregladas. La mayoría pasó por la peluquería el día antes, tienen las uñas “hechas” y están maquilladas, aunque algunas se retoquen a cada rato porque, se sabe, al viento polvoriento se suman esas preguntan incómodas de los cronistas que les hacen correr el rímel. En los barrios mineros de Copiapó, los familiares ya pidieron permiso a los carabineros para cortar las cuadras y festejar a lo grande. Temprano, por la tele, una nutricionista alerta, seguro que en vano, que “los mineros celebren pero no con tremendos asados” porque vienen haciendo una rígida dieta para mantener los cinco kilos que perdieron.
Después de ese emotivo 22 de agosto, cuando se supo que los mineros estaban vivos, los familiares renovaron la euforia y también la ansiedad. Algunos, como Juan Sánchez, papá de Jimmy, el más joven de los mineros (tiene 19 años), cuenta que anoche no durmió bien. Tuvo que calmar sus nervios para tranquilizar los de su esposa, Norma Laguer, que tampoco se podía dormir. “Yo a mi hijo lo veo tranquilo, se quiebra sólo cuando extraña a Bárbara, su beba de cuatro meses. Cuando salga quiere ver a su equipo, la U de Chile, y también está esperando la tremenda fiesta que le vamos a hacer el viernes”, cuenta el padre, que también trabajó en la mina San José.
Jhonny Quispe, suegro del boliviano Juan Carlos Mamani, comenta que su hija está alegre “pero más nerviosa que cuando Evo Morales la invitó a Lima”. La mujer no sabe qué le va a decir a su esposo cuando lo vea. Sorbe un trago de jugo de naranja para ganar tiempo, pero al final nada se le ocurre. “Es que le diría tantas cosas”, dice. Ella tampoco durmió bien, pero al menos lo verá pronto, porque el joven de 23 años, a quien Morales ofreció trabajo, sale cuarto de la mina, a la que entró a trabajar gracias a su suegro.
Con el pelo alisado y mucho maquillaje, de jean ajustado y camisa a flores, la bella Cristy Coronado, esposa de Juan Carlos Aguilar, se saca los anteojos negros y con voz ronca dice que entrará sola a ver a su marido en el container. “Nada que ver con lo que está pensando”, dice la mujer al ver la media sonrisa de este cronista. “Entro sola porque él no quiere ver los niños, me lo pidió expresamente. No sabe el impacto que les puede producir a los niños verlo así y tampoco sabe cómo le va a impactar a él”, comenta la mujer, con otra media sonrisa en su rostro, que sería completa si no fuera porque su padre está al lado. “Yo tampoco quería traer a los niños, pero mis intenciones no eran tan puras”, dice después, cuando se aleja unos metros.

La cápsula, pintada con los colores patrios chilenos y denominada Fénix, al ser insertada en el orificio del túnel que lleva a la mina.

sábado, 9 de octubre de 2010

Premio y castigo para China

EL MUNDO › EL NOBEL DE LA PAZ PARA EL DISIDENTE LUI XIAOBO

La decisión desató una airada condena de Beijing y reavivó llamados de Occidente a liberar al galardonado, que cumple una condena de once años por “subvertir los poderes del Estado”. Los medios chinos ignoraron la noticia.

El encarcelado disidente chino Liu Xiaobo ganó el Premio Nobel de la Paz 2010 por su lucha pacífica por los derechos humanos en China, anunció hoy el Comité Nobel noruego, en una decisión que desató una airada condena de Beijing y reavivó llamados de Occidente a liberar al galardonado.
Los medios estatales de China ignoraron la noticia y las autoridades bloquearon la señal de una cadena de TV internacional cuando se anunció el premio, así como la difusión de informes sobre el Nobel de páginas de Internet, además de no permitir a la mujer de Liu hablar en persona con periodistas en su casa.
La Cancillería china afirmó que la decisión del comité es una blasfemia al Premio Nobel de la Paz. “Liu Xiaobo es un criminal que fue sentenciado por la Justicia china por violar la ley china”, y honrarlo “contradice por completo la finalidad del premio y es también una blasfemia al Premio Nobel de la Paz”, dijo el Ministerio en un comunicado. Asimismo, el gobierno chino advirtió que la decisión del Comité Nobel dañará las relaciones con Noruega, a lo que el país escandinavo respondió que una represalia tal sería un acto mezquino para una nación tan grande y poderosa como China. Sin embargo China no perdió tiempo y hoy mismo convocó al embajador noruego en Beijing para presentar una protesta formal por la asignación del premio, informó la cancillería noruega.
“Han querido expresar oficialmente su opinión, su desacuerdo y su protesta”, reveló un portavoz del Ministerio en Oslo, quien aclaró que el gobierno noruego “no es responsable” por la asignación del reconocimiento a Liu. En esa misma línea, el primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, dijo a la cadena pública nacional NRK que no veía motivos para que China castigue a Noruega por el premio. “Creo que sería negativo para la reputación de China en el mundo, si eligieran hacer esto”, declaró el premier.
Por otra parte, Beijing detuvo ayer a una veintena de disidentes que celebraban la concesión del premio al activista Liu Xiaobo. Según informó el abogado de derechos humanos Teng Biao, la policía china detuvo en diversas zonas de Beijing a pequeños grupos de activistas poco después de las cinco de la tarde, hora local, cuando se conoció en China la noticia. “Se estaban preparando para celebrar el Nobel, iban a reunirse con amigos en distintos puntos de la ciudad en restaurantes y bares, cuando los detuvieron”, afirmó el abogado.
En tanto y en un discurso cargado de críticas a Beijing, el presidente del comité noruego, Thorbjorn Jagland, dijo que se decidió honrar a Liu, de 54 años, “por su lucha larga y no violenta por los derechos humanos fundamentales” en el país asiático. Jagland agregó que Liu es un símbolo de la lucha por los derechos humanos en China y que el gobierno comunista del país debe esperar que su política en este campo sea sometida a un creciente escrutinio internacional ahora que la nación es una gran potencia. “China se convirtió en una gran potencia en términos económicos como en términos políticos y es normal que las grandes potencias estén sometidas a críticas”, dijo Jagland.
A diferencia de muchos otros miembros de la altamente fracturada y perseguida disidencia china, Liu fue siempre un ardoroso defensor de un cambio político pacífico y gradual, en vez de un enfrentamiento violento con las autoridades comunistas. Liu fue condenado a once años de prisión en diciembre pasado por “subvertir el poder del Estado”, un año después de haber sido uno de los principales autores intelectuales de la “Carta 08”, un manifiesto a favor de la democracia y los derechos humanos en China.
Su mujer, no obstante, expresó su alegría por la noticia. Con su departamento de Beijing rodeado por la policía, la mujer, Liu Xia, no fue autorizada a hablar en persona con la prensa que llegó al lugar, pero hizo breves declaraciones por teléfono y por mensajes de texto. El canal de Hong Kong Cable Television dijo que la mujer manifestó que el premio alentará a su marido y que espera poder ir a recibir el galardón a Noruega en caso de que él no pueda.
“Creo que después del premio, más gente ejercerá presión sobre China. Este premio es no sólo para Xiabao sino para todos los que trabajan por los derechos humanos y la justicia en China”, dijo la mujer al canal de Hong Kong. No quedó claro si Liu fue informado del galardón. El Comité Nobel dijo que no intentó contactarse ni con Liu ni con su mujer, pero que intentará hacerlo a través de la embajada noruega en China.
Beijing ya alzó su voz contra el comité en 1989 cuando galardonó al líder espiritual tibetano Dalai Lama, a quien China considera un líder separatista. El propio Dalai Lama, funcionarios de países occidentales como Francia y Alemania, organizaciones de derechos humanos o libertad de prensa como Amnistía Internacional, Human Rights Watch y Reporteros Sin Fronteras, así como otros disidentes chinos saludaron el premio a Liu e instaron a China a liberarlo.
Liu ganó el premio entre una cantidad record de 237 nominados, entre ellos las Abuelas de Plaza de Mayo de Argentina. El Premio Nobel de la Paz fue otorgado el año pasado al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, distinción que también motivó críticas en todo el mundo por la falta de antecedentes del galardonado en materia de derechos humanos. Luego de recibir el Nobel de la Paz, Obama anunció el envío de 30.000 soldados para continuar con la guerra en Afganistán.

jueves, 7 de octubre de 2010

Follonier habló del golpe de estado en Ecuador

El asesor de la Unasur, el pampeano Rafael Follonier, afirmó que en Ecuador el presidente Rafael Correa "tiene enormes niveles de popularidad, que son a su gestión. Pero vos lees los diarios y parece que es un país en catástrofe", haciendo un paralelismo con Argentina.
Follonier estuvo en Ecuador el día del golpe de Estado al presidente Rafael Correa. El 30 de septiembre, unos mil policías se acuartelaron y al hacerse presente el mandatario, lo golpearon. Internado en el hospital militar, fue tomado como rehén hasta que lo rescató por la noche un grupo especial.
El sábado, Follonier participó del encuentro de cancilleres que fueron a llevar su solidaridad a Correa en el Palacio de Carondelet, la casa de gobierno de Quito. Allí "Rafa", como lo menciona Follonier con familiaridad cuando habla de él, relató que lo quisieron asesinar. Y afirmó que el mandatario "tuvo una gran valentía, es un tipo impulsivo, pero muy cerebral".
El martes a la noche, el pampeano, uno de los funcionarios de confianza de Néstor Kirchner en la Unasur, estuvo en Santa Rosa para disertar sobre la integración sudamericana y su futuro. Y ayer habló con LA ARENA antes de partir.
-¿Cómo se vivió en Ecuador y en el Unasur este golpe?
-Este golpe de Estado se vivió con mucha preocupación por la osadía de estos grupos de hacer esta clase de asonada. Tal vez este grupo de policías era parte esencial del dispositivo de intento de golpe de Estado, o los sectores que están detrás de este golpe de Estado utilizaron esta reclamación que era una cuestión de tipo reivindicativo. La inteligencia ecuatoriana no supo evaluar de entrada el volumen de esta asonada policial y militar en conjunto con otros sectores del poder concentrados, y detrás estuvo la mano de Lucio Gutiérrez, enemigo de Correa. También estuvieron vinculados estuvieron altos círculos concentrados del complejo mediático y de las finanzas de ese país. Hubo una serie de medios de prensa que directamente estaban tratando operar para el quiebre.
-Lo mismo que ocurre con algunos medios de Argentina.
-Rafa Correa tiene enormes niveles de popularidad, que son a su gestión. Pero vos lees los diarios y parece que es un país en catástrofe.
-Correa pudo haber corrido mayor peligro al enfrentar solo el acuartelamiento...
-No fue errada la preocupación por su vida. Lo quisieron asesinar, lo golpearon en la rodilla que tiene operada con una maldad notable, porque saben que le hacen mucho daño con ello, y estaba operado hace una semana y le tiraron gases. Fue a tratarse al hospital, y lo secuestraron. Cuando lo sacaron de allí en silla de ruedas, al auto en el que salió le dieron varios balazos de diversos tipos de fusiles. Un custodio murió y cuatro fueron heridos, dos de ellos de importancia. Quisieron matarlo al presidente Correa. El mismo nos narró el sábado durante el encuentro de cancilleres los pormenores de los ataques y contó cómo su custodia fue muerto a balazos.
-¿Por qué un golpe de Estado al gobierno de Correa?
-La conjura contra Correa fue de sectores que han sido tocados por sus medidas, las que ha tomado son medidas muy en profundidad para cambiar las relaciones de producción y la situación de inequidad en esa país. Son muy profundas y tiene un notable apoyo popular. Correa llegó en segunda vuelta a la presidencia y ganó por muchísimo, y continúa con este apoyo con medidas de corte muy radical en todo Ecuador. Esto ha hecho que algunos sectores imaginaran un quiebre institucional.
-¿La rápida respuesta de la Unasur ayudó a esto?
-Unasur se movió rápidamente por Cristina y Néstor (Kirchner). La OEA también hizo su parte y Barak Obama y Hillary Clinton también se expresaron en contra. Fue vital la movilización de Unasur e importante que reuniera a todos los presidente convocados en Buenos Aires. Todo empezó a la mañana de ese día y al mediodía empezaron a llegar a Buenos Aires, como Pepe Mujica. A la noche estaban todos, excepto Lula que envió funcionarios.
-De ganar Cristina o Néstor Kirchner en 2011, ¿cómo analiza que será el rumbo? ¿Habrá más cambios?
-No lo sé con precisión, pero lo que estoy seguro es que este rumbo se profundizará, o se está profundizando, con medidas que se han tomado como la nueva Ley de Medios, con la Asignación Universal, que son medidas impresionantes, justas desde lo social y movilizadoras desde lo económico. Hay cuestiones como los aumentos a los jubilados, el apoyo a la producción. Que se van a profundizar, eso significa seguir trabajando en el afianzamiento y desarrollo de nuestros instrumentos económicos, del comercio con los países vecinos, para más trabajo, en cosas que hacen a la mejor distribución del ingreso. Un próximo gobierno de Cristina o Néstor sería en esta línea de trabajo del proyecto nacional. Pero también en otras cuestiones como la elevación de la calidad institucional de la democracia argentina.
-¿Está sólida la integración de los países sudamericanos?
-En ese plano de un proyecto nacional, la construcción de la integración territorial sudamericana no es una cuestión menor. Podemos construir en la América del Sur porque los países sudamericanos están recorriendo caminos iguales al nuestro. Antes había que apagar incendios o solucionar el resquebrajado tejido social, ahora podemos ocuparnos de cosas de tipo estratégico, porque solucionamos problemas con los cuáles no nos podíamos ocupar de la integración.

El almuerzo de la señora Presidenta con la “frau” canciller

EL PAIS › CRISTINA FERNANDEZ EXPRESO A ANGELA MERKEL QUE ARGENTINA ESTA DISPUESTA A PAGAR SU DEUDA, PERO SIN EL MONITOREO DEL FMI
Desde Berlín
Un diálogo amplio y amistoso en un otoño fresco. En la explanada del moderno edificio de la cancillería, Angela Merkel –con su pinta de dueña de cervecería bávara– estrechó la mano de su par, Cristina Fernández, de gira por Alemania. “La vocación de la Argentina –indicó– es pagar todas sus deudas”, y expresó el interés de su gobierno para iniciar una “amplia renegociación de la deuda”, sin el monitoreo del Fondo Monetario Internacional. Cristina Fernández formuló estas expresiones en una conferencia de prensa breve como un relámpago, posterior al almuerzo que compartieron ambas mandatarias para aceitar las relaciones bilaterales. El intercambio de figuritas de los temas que conforman una zona común de intereses –no exenta de tensiones– fue el plato principal de este encuentro. La renegociación de la deuda argentina con organismos internacionales –especialmente la deuda de 6700 millones con el Club de París–, el tratamiento de las consecuencias del cambio climático, las restricciones de ingreso a la carne argentina y la inauguración de la primera filial latinoamericana del Instituto Max Planck en Buenos Aires, en las ex bodegas Giol, entre otras cuestiones, circularon por la mesa. “Esta es la única gestión que nunca tomó deuda –subrayó la Presidenta–, y que sí está pagando cada una de las deudas de antes de 2003, y eso sin acceder al mercado de capitales, con recursos genuinos que no son dólares financieros sino dólares comerciales, producto de que tenemos una balanza comercial con superávit.”
Ante un puñado de periodistas, Fernández afirmó que la postura del país es “clara” acerca del papel que debe cumplir el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la cancelación de la deuda con el Club de París. Más allá de que Merkel le haya dicho a la Presidenta que el FMI “no es el mismo que en 2001”, Fernández rechazó el monitoreo del organismo financiero en la cancelación de esta deuda. La Presidenta aseguró que hay que contemplar la situación de las empresas de los países miembro del Club de París que han sido beneficiadas con promociones fiscales en Argentina y que giran sus ganancias al exterior. Y aunque invitó a su colega alemana a que respondiera sobre su posición acerca del tema, Merkel, en cambio, prefirió no decir ni una palabra.
La Presidenta continuó con el hilo crítico hacia las calificadoras de riesgo que “calificaban mejor a Grecia o a Irlanda” que a Argentina, y reconoció que quiere “replantear definitivamente el tema” de estos organismos, en sintonía fina con lo que postuló en distintos foros internacionales. Merkel la escuchaba y hacía unas morisquetas en broma, fuera del riguroso protocolo alemán, como si simulara estar fastidiada por los planteos de su colega. Si la Presidenta la vio, optó por seguir desplegando su cartilla de exigencias, como un juego entre las dos mujeres. En este sentido, pidió “organismos multilaterales confiables” para todos los países y no dejó de lanzar un palo mayúsculo para los países desarrollados. “La última crisis financiera global se generó en los grandes centros financieros”, sintetizó Fernández. “Hay que buscar el equilibrio y reglas de juego similares para todo; hemos llegado a todos los acuerdos posibles, como lo hicimos con el tema de los bonos”, recordó.
Entre bocados de carne argentina y puré que quedaron en los platos casi intactos, ambas mandatarias se comprometieron a relanzar la comisión mixta para equilibrar el saldo de la balanza comercial, que en estos días beneficia con mucha holgura a Alemania. Hablaron más de lo que comieron. A Merkel le llamó la atención el poco apetito de la presidenta argentina. “Prefiero hablar con usted, carne puedo comer en Buenos Aires”, le dijo Fernández. En la ventanilla de los reclamos que se filtró sobre el mantel, Fernández recordó el tema de las restricciones a las exportaciones de carne argentina en la Unión Europea. Segundo país del mundo consumidor de carne, Alemania hace poco inclinó los tantos al beneficiar con algunas medidas a los Estados Unidos.
Cuando llegó el turno de Merkel, la canciller alemana felicitó a Fernández por el bicentenario del país y dijo que se “alegra” –una emoción que parece ajena a ese rostro– por el hecho de que ambos países tengan iniciativas conjuntas en marcha. Entonces mencionó el caso del instituto científico alemán Max Planck, cuya primera filial latinoamericana estará en la Argentina a mediados del próximo mes de diciembre. “Queremos mantener y profundizar las relaciones”, señaló la canciller, que anticipó que estará de visita en la Argentina recién en 2012. En el almuerzo además se plantearon cuestiones respecto de otro tópico árido: el cambio climático. “Nosotros decimos iguales responsabilidades, distintos grados –resumió la Presidenta–. Europa y Estados Unidos usaron las industrias sucias para su desarrollo económico. Para que no se contamine tiene que haber transferencia tecnológica y créditos. No hay que usar el cambio climático para trabar las exportaciones argentinas con la excusa de que son productos contaminantes.”
Después del encuentro con Merkel, Fernández se reunió con el presidente del gobierno alemán, Cristian Wulff, quien sacó el tema del reciente intento de golpe de Estado a Ecuador. La Presidenta lo interrumpió sólo para contarle del diálogo que tuvo con Rafael Correa y el encuentro que mantuvieron los cancilleres de la región. Wulff expresó sus felicitaciones por el rol de la Unasur y no pudo evitar recordar lo que sucedió en Honduras. “Muchas veces Alemania miró al Este, pero es hora de empezar a mirar al Oeste”, reconoció Wulff. Y acto seguido le preguntó a la Presidenta si estaría dispuesta a cumplir un rol protagónico. “Vamos a estar en todos los temas en que podamos estar, entendiendo nuestro lugar”, fue la respuesta que le dio.
Uno de los comentarios que más se escuchaba entre los miembros de la comitiva y los periodistas alemanes y argentinos sobre el buen clima de este intercambio es que efectivamente Alemania, que pasa por un excelente momento económico, empieza a mirar hacia el Oeste. Alemania estaría buscando nuevos socios en América latina, y allí Argentina sería un jugador imprescindible, aunque históricamente Brasil siempre ha sido una plaza fuerte de las empresas alemanas.

sábado, 2 de octubre de 2010

Zárate deberá pagar 10 mil euros por un gesto considerado fascista

La Comisión de Disciplina de la Federación Italiana, consideró fascista un gesto realizado por el delantero de Lazio en el partido que presenció desde la tribuna ante Bari por la Liga de ese país.



En una imagen tomada en ese encuentro, el atacante surgido de Vélez Sarsfield levantó su brazo de una forma similar, según opinó aquel organismo, al que caracterizó a la dictadura encabezada por Benito Mussolini que gobernó aquel país europeo entre las décadas del ’20 y ’40 del siglo pasado.

Zárate no pudo disputar aquel partido llevado a cabo en el estadio Olímpico de Roma por estar suspendido y lo presenció desde la tribuna donde se ubica el grueso de la hinchada de Lazio, y desde allí, en la previa, realizó el gesto que, en aquel entonces, fue publicado por varios medios italianos.

El pasado fin de semana, el ex campeón mundial juvenil con Argentina en Canadá 2007 anotó el gol con el que se equipo derrotó a Chievo Verona por la quinta fecha del Calcio, reultado que le permitió subirse a lo más alto de las posiciones.

viernes, 1 de octubre de 2010

EL PAIS: "No comparto absolutamente nada con Bonafini, salvo el dolor"

La titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, se distanció este jueves de las expresiones que realizó respecto a la Corte Suprema de Justicia Hebe de Bonafini.

Carlotto sostuvo que no comparte ‘absolutamente nada‘ con la dirigente, ‘salvo el dolor‘ de la lucha por los desaparecidos. Manifestó que Bonafini es ‘una señora que tiene un carácter especial‘ y marcó diferencia con la titular de las Madres, al puntualizar: ‘Yo no incito a la violencia‘, aunque luego remarcó que la respeta ‘en el sentido de su dolor‘ y ‘de su autonomía institucional‘.  
‘No comparto absolutamente nada, salvo el dolor de esta lucha que comenzamos juntas todas allá en el 76 y 77, algunas cada una en el tiempo que desapareció su hijo, fuimos aunándonos, juntando manos‘, afirmó Carlotto en diálogo con radio Continental.

EFEMERIDES: hace tiempo, un 1 de Octubre acurria...

1892
Nace en La Plata (provincia de Buenos Aires) el notable pintor
Emilio Pettorutti, autor de obras de tendencia cubista como "El improvisador" (1937) y de sus famosos arlequines. Su obra tiene alta cotización internacional. Falleció en París (Francia) el 16 de octubre de 1971.

1910
Se inaugura en Buenos Aires, en la Plaza Lorea, el monumento a Mariano Moreno, obra del escultor Miguel Blay.

1930
Muere el arqueólogo Salvador Debenedetti, director de la restauración del pucará de Tilcara (Jujuy). Nació en Avellaneda (provincia de Buenos Aires) el 3 de marzo de 1884.

1933
Se le designa en la República Argentina su primer cardenal, monseñor Santiago Luis Copello, arzobispo de Buenos Aires.

1937
Día del Mar y de la Riqueza Pesquera

1956
Muere en Buenos Aires el escritor tucumano Pablo Rojas Paz. Entre otras obras, escribió: "El patio de la noche", "El libro de las tres manzanas", "Hombres grises, montañas azules", "Los cocheros de San Blas" y "Alberdi, ciudadano de la soledad". Nació en la ciudad de Tucumán en 1896.

1960
Comienza a transmitir en Buenos Aires el Canal 13 de televisión.

EL MUNDO: Ecuador, Golpe y contragolpe.

“Se derramó sangre ecuatoriana inútilmente”
Unos mil policías se amotinaron en la mañana en el Regimiento de Quito en contra de una ley que recorta sus beneficios. El presidente terminó capturado. La gente salió a las calles a respaldar el gobierno. Por la noche, el desenlace.
“No habrá perdón ni olvido”, dijo un enfervorizado Rafael Correa ante una multitud tras ser rescatado por las fuerzas militares. Quito había vivido un día de caos después de que policías y algunos integrantes de las fuerzas armadas se sublevaran contra una ley impulsada por el gobierno y agredieran y secuestraran al mandatario en un hospital de la policía. Al conocerse los incidentes, la gente había salido espontáneamente a la calle a respaldar al gobierno. Con el correr de las horas había aumentado la tensión y la incertidumbre. Por la noche, comandos de elite de las fuerzas militares lograron rescatar al mandatario en medio de los choques con la policía. Hubo al menos 50 heridos a lo largo de toda la jornada.
El final fue tenso pero terminó con cánticos de alegría frente a la Casa de Gobierno. Correa tardó sólo siete minutos en llegar desde el hospital, donde estuvo por horas retenido, hasta el palacio presidencial. Desde ahí, el presidente ecuatoriano arremetió contra los sectores rebeldes. “¿Cómo pueden llamarse policías?”, se preguntó. “Se ha derramado sangre ecuatoriana inútilmente”, lamentó. Pero les advirtió a los que se levantaron que serían sancionados. “Avergüenzan a la institución policial. Tendrán que salir de las filas de la institución”, remarcó.
Cerca de mil policías se amotinaron en la mañana de ayer en el Regimiento de Quito, el principal cuartel del país. Los uniformados protestaban por la sanción de la Ley del Servicio Público, por la que se recortan algunos beneficios económicos para los integrantes de la fuerza. Después de dirigirse a los sublevados y advertirles que no daría marcha atrás con sus medidas, Correa sufrió golpes, balas de goma y gases lacrimógenos.
El jefe de Estado, que utiliza una muleta después de haber sido operado de una pierna, fue llevado al hospital de la Policía de la capital ecuatoriana. Desde allí, Correa habló con la Radio Pública y denunció que los policías intentaban introducirse en su habitación. “No voy a claudicar”, dijo con un tono emocionado. En esa entrevista, el presidente manifestó que la actitud de la policía parecía ir más allá de un simple reclamo y atribuyó la rebelión a un intento de golpe de la oposición. “Es una conspiración que se viene preparando desde hace tiempo”, añadió. Minutos después habló por la cadena Telesur el presidente venezolano. Hugo Chávez dijo que se había comunicado en varias oportunidades con su par ecuatoriano y que estaba secuestrado.
Por orden del Ejecutivo, se decretó el estado de excepción por una semana en el país.“Las Fuerzas Armadas están tomando todas las medidas dentro de la Constitución para garantizar el orden público”, declaró el ministro de Seguridad, Miguel Carvajal. El funcionario explicó que la medida habilita a los militares a salir a las calles para mantener el orden constitucional. Por su parte, el titular del Comando de las Fuerzas Armadas de Ecuador, Ernesto González, salió a confirmar su lealtad con el gobierno de Correa. El jefe militar despejó varios fantasmas y afirmó que sus compañeros de armas están subordinados a la máxima autoridad, que es el presidente de la República. El mismo Correa aclaró que de los 42 mil efectivos que tiene la Policía Nacional sólo unos dos mil mantenían una actitud que calificó como desquiciada, irracional y absurda.
Después de cinco horas sin noticias, el presidente Correa habló por radio. En esa comunicación, denunció estar secuestrado por los policías sublevados. En esas horas en las que estuvo en el centro médico, Correa recibió tres comisiones de los uniformados rebeldes. En cada encuentro, el mandatario ecuatoriano les repitió que no negociaría con ellos hasta que no depongan su actitud.
El presidente ecuatoriano no perdió la ocasión para acusar a la prensa “corrupta” por haber instigado a la rebelión policial con sus “distorsiones” de la información. “El Ministerio de Relaciones Laborales establecerá las compensaciones, eso no lo sabían. La ley ha sido súper buena, pero para que vean cómo se ha manipulado todo”, remarcó el presidente.
La ciudadanía le dio el apoyo a Correa. A primera hora de la tarde, desde el Palacio de Carondelet, pidieron a la gente que se trasladara al hospital donde estaba retenido Correa. Desde la Plaza de la Independencia, las personas se encaminaron hacia el centro médico. La policía los dispersó con balas de goma y con gases lacrimógenos. “La policía avanza y se repliega”, relató un fotógrafo ecuatoriano a este diario. El reportero estimó que cerca de unas cinco mil personas estarían en las afueras, escapando de la represión de los uniformados y de personas de civil que apuntaban contra los manifestantes, según reportó Telesur. Según informó el ministro de Seguridad Interna y Externa, Miguel Carvajal, en esos enfrentamientos habría resultado al menos una persona muerta y un número indeterminado de heridos.
El edificio donde funciona la televisión pública y la agencia estatal de noticias fue tomado momentáneamente por opositores. Uno de los que encabezó la toma, arengando por la libertad de expresión, fue el abogado del ex presidente Lucio Gutiérrez, Pablo Guerrero. Desde el oficialismo, apuntaron contra el ex mandatario derrocado en 2005 por la revuelta. El opositor acusó recibo y respondió: “El único responsable del caos que tenemos actualmente en el Ecuador es el gobierno abusivo, corrupto, prepotente de Rafael Correa”.
Por el contrario, el gobierno recibió el apoyo de la Corte Nacional de Justicia y de la Asamblea Nacional, que también fue ocupada por sectores contrarios al gobierno constitucional. La Organización de Estados Americanos (OEA), la Unasur, las Naciones Unidas, los Estados Unidos y otros gobiernos repudiaron la intentona contra el presidente Correa.

jueves, 30 de septiembre de 2010

HISTORIA: Presidentes argentinos

Presidencia de BARTOLOMÉ MITRE (1862-1868)
Presidencia de DOMINGO F. SARMIENTO (1868-1874)
Presidencia de NICOLÁS AVELLANEDA (1874-1880)
Presidencia de JULIO ARGENTINO ROCA (1880-1886)
Presidencia de MIGUEL JUÁREZ CELMAN (1886-1890)
Presidencia de CARLOS PELLEGRINI (1890-1892)
Presidencia de LUIS SÁENZ PEÑA (1892-1895)
Presidencia de JOSÉ EVARISTO URIBURU (1895-1898)
Segunda Presidencia de JULIO A. ROCA (1898-1904)
Presidencia de MANUEL QUINTANA (1904-1906)
Presidencia de JOSÉ FIGUEROA ALCORTA (1906-1910)
Presidencia de ROQUE SÁENZ PEÑA (1910-1914)
Presidencia de VICTORINO DE LA PLAZA (1914-1916)
Presidencia de HIPÓLITO YRIGOYEN (1916-1922)
Presidencia de MARCELO T. DE ALVEAR (1922-1928)
Segunda Presidencia de HIPÓLITO YRIGOYEN (1928-1930)
Presidencia de JOSÉ FÉLIX URIBURU (1930-1932)
Presidencia de AGUSTÍN P. JUSTO (1932-1938)
Presidencia de ROBERTO MARCELINO ORTIZ (1938-1942)
Presidencia de RAMÓN S. CASTILLO (1942-1943)
Presidencia de PEDRO PABLO RAMÍREZ (1943-1944)
Presidencia de EDELMIRO J. FARRELL (1944-1946)
Presidencia de JUAN DOMINGO PERÓN (1946-1952)
Segunda Presidencia de JUAN DOMINGO PERÓN (1952-1955)
Presidencia de EDUARDO LONARDI (1955)
Presidencia de PEDRO EUGENIO ARAMBURU (1955-1958)
Presidencia de ARTURO FRONDIZI (1958-1962)
Presidencia de JOSÉ MARÍA GUIDO (1962-1963)
Presidencia de ARTURO UMBERTO ILLIA (1963-1966)
Presidencia de JUAN CARLOS ONGANÍA (1966-1970)
Presidencia de ROBERTO MARCELO LEVINGSTON (1970-1971)
Presidencia de ALEJANDRO AGUSTÍN LANUSSE (1971-1973)
Presidencia de HÉCTOR JOSÉ CÁMPORA (1973)
Presidencia de RAÚL ALBERTO LASTIRI (1973)
Tercera Presidencia de JUAN DOMINGO PERÓN (1973-1974)
Presidencia de MARÍA ESTELA MARTÍNEZ DE PERÓN (1974-1976)
Presidencia de JORGE RAFAEL VIDELA (1976-1981)
Presidencia de ROBERTO EDUARDO VIOLA (1981)
Presidencia de LEOPOLDO FORTUNATO GALTIERI (1981-1982)
Presidencia de REYNALDO BENITO A. BIGNONE (1982-1983)
Presidencia de RAÚL RICARDO ALFONSÍN (1983-1989)
Presidencia de CARLOS SAÚL MENEM (1989-1995)
Segunda Presidencia de CARLOS SAÚL MENEM (1995-1999)
Presidencia de FERNANDO DE LA RÚA (1999-2001)
Presidencia de RAMÓN PUERTA (2001)
Presidencia de ADOLFO RODRÍGUEZ SAÁ (2001)
Presidencia de EDUARDO CAMAÑO (2001-2002)
Presidencia de EDUARDO DUHALDE (2002-2003)
Presidencia de NÉSTOR KIRCHNER (2003-2007)
Presidencia de CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER (2007-Al presente)