Vistas de página en total

lunes, 28 de mayo de 2012

LA DIGNIDAD DE PERÓN Y KIRCHNER

Las respuestas de Perón a Braden y de kirchner a Escribano tuvieron algo en común: la dignidad



En este fin de semana largo donde mucho se ha recordado a ese Néstor Kirchner que llegaba al gobierno con menos votos que el índice de desocupación y en medio de una crisis terminal en casi todas las áreas de la vida nacional, no estaría mal refrescar ese gesto de dignidad que tuvo en mayo de 2003 ante el poder de las corporaciones que, personalizado en José Claudio Escribano le quiso imponer un programa de gobierno situado en las antípodas del suyo.

Néstor, que al momento de celebrarse ese encuentro con el hombre fuerte de La Nacion no sabía que Menem ya había huido de la segunda vuelta, luego de escuchar el pliego de condiciones le respondió a Escribano:

“Mi mayor preocupación es que me acompañen los argentinos, por eso no empiezo por los empresarios ni por el embajador de ningún país. Tampoco pienso en un alineamiento automático con Estados Unidos ni en buscar que me aprueben como precondición para gobernar mi país. Ocurre que usted y yo tenemos visiones distintas del país. Como es difícil que podamos ponernos de acuerdo, sería importante tratarnos con respeto. Usted tiene la suerte que a mí me falta, de haber heredado un diario”

Escribano se fue de esa reunión muy contrariado y a los pocos escribió aquella columna ya histórica donde sentenciaba "Argentina ha resuelto darse gobierno por un año" y marcaba el comienzo de las hostilidades desde el poder real del país contra este nuevo presidente que había tenido el tupé de desairarlos.

En 1945, el coronel Perón recibió al embajador de Estado Unidos, Spruille Braden, quien le llevó también una suerte de "pliego de condiciones" y terminó su ofrecimiento diciendo: “Créame señor presidente, que si usted hace todo esto será muy bien considerado en mi país”. El coronel Perón le contestó: “Vea señor Embajador: a mi no me interesa ser muy bien considerado en su país al costo de ser un hijo de puta en el mío”.

Las actitudes de Perón en aquél lejano 1945 ante nada menos que el embajador de Estado Unidos y la de Kirchner ante el representante del diario que expresa al poder económico y financiero del país los sitúan a ambos en un mismo grado de dignidad y compromiso con sus pueblos. No hay que olvidar estos capítulos gloriosos de nuestra historia porque con ellos construimos a diario nuestra propia razón de ser como Nación independiente.

Es bueno recordar estos hechos para contraponerlos a esas miradas tan en boga en la prensa opositora que permanentemente nos pretenden asustar con lo mal que nos va a ir "por no hacer bien los deberes" que nos imponen Estados Unidos y Europa. No es casual que los períodos donde mejor le fue a nuestro país reconocen procesos de fuerte contenido nacional y popular. Es que sin dignidad y compromiso con el pueblo es imposible incrementar la producción, el empleo y mejorar las condiciones de vida de las mayorías.

Así de simple, aunque parezca tan complejo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario